lunes, 28 de marzo de 2011

NULLA DIES SINE LINEA


¿Contemplaría el viejo Plinio, o Plinio el viejo, la lista de la compra, la actualización de la agenda, algún sms, una escasa línea de diario para decir que es lunes, que estoy muerta de sueño?

Yo qué sé.

Hoy escribo para centrar mi pensamiento.

Hoy escribo para recordar.

Hoy escribo por la misma razón de todos los días: porque me da la gana, porque me hace sentir bien. Porque para mí tiene valor por sí misma. La escritura.

Podría decir que no puedo vivir sin escribir, pero mentiría. Claro que puedo. Con moderada satisfacción, incluso. El mundo no se termina en las palabras. Me gustaría ser más romántica, ser más letraherida. Ni siquiera empieza en ellas, en las palabras. Aunque quizá ruede más rápido con ellas, más intenso. Quizá se amplíe, crezca, se acerque a su máxima potencia, con ellas. Puede que las palabras ayuden a que una gane en certezas... Qué chorrada, ¿acaso existen las certezas? Me habría gustado preguntárselo a Newton. Es posible que alguien lo hiciera, que su respuesta esté por ahí, en alguno de los muchos libros que desconozco y que nunca llegaré a leer.

Hoy escribo para desentumecer los sentidos.

Hoy escribo porque el hoy es todo lo que tengo.

Mañana es posible que no pueda escribir. Mañana también querré sentirme bien. Mañana, aunque no escriba, querré ser feliz. Llegará un día, tal vez, en que me resulten imposibles las palabras, las ficciones. Días que se escurran entre la urgencia de las actividades, agua entre los dedos. La posibilidad de que un día mis manos y mi cerebro dejen de hablarse. Intuyo que aprender a vivir implica asumir que hay que estar listo para prescindir de todo, para desprenderse. Hasta de lo que más amas. Amarlo cuando está, con plena conciencia, con voluntad completa, y aceptar la pérdida, el dolor por ella. El hecho de que el tiempo continúa.

Por eso hoy, sencillamente, escribo.


2 comentarios:

  1. Qué bonito leo. Ultimamente estás que te sales chavala. Un gusto leerte.
    A veces parece que se necesita toda una vida para aprender a vivir, que uno se pasa la vida aprendiendo a vivir, y estas palabras resultan reconfortantes.
    Besos.

    Jesús.

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  2. Gracias por tu comentario, Jesús. llevo días intentando responderte y blogger no me dejaba. UN besote.

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