lunes, 4 de octubre de 2010

LA COMPOSICIÓN DEL AIRE. Luis Alberto de Cuenca.

ROMANTICISMO, HUMOR, AMOR Y ALGO DE DRAMA.

Por el puro afán de compartir me doy el gusto de traer aquí a uno de mis benditos, imprescindibles. Luis Alberto de Cuenca, que reúne en sus poemas esos ingredientes, entre otros, la composición del aire. Y el don del ritmo. No tengo ni idea de si son los mejores. Mañana elegiría otros, pero hoy es hoy. Y ya me callo, que dos son compañía...

CONTRA LAS CANCIONES DE OPÓSITOS
A Eugenio Gallego
Me he pasado la vida conciliando contrarios.
Pensando: bien y mal no son tan diferentes,
sí es muchas veces no, mi amiga es mi enemiga,
el placer duele tanto que parece dolor
y los días de fiesta son días de fastidio.
Me he pasado la vida tiritando en agosto
y muriendo de sed al lado de la fuente.
Pero esto se acabó. No quiero que la risa
se disfrace de llanto, ni que los besos hieran,
ni que la muerte salve, ni que el sol del verano
sea en el fondo sombra y océano el desierto.
Quiero volver atrás, al tiempo en que las cosas
no eran tan complicadas, y el amor no era odio,
y la nieve era nieve, y la paz y la guerra
eran palabras únicas, distintas, inequívocas,
y la doble cara de un mismo aburrimiento.
Ya no quiero sudar rodeado de pingüinos.

EL OLVIDO

La olvidé. Por completo. Para siempre
(o eso creía entonces). Me cruzaba
con ella por la calle y no era ella
quien se paraba ante un escaparate
de ropa deportiva, no era ella
quien compraba el periódico en un quiosco
y se perdía entre la muchedumbre.
Como si se hubiera muerto. No era ella.
Su nombre era el de todas las mujeres.

LA VERDAD

La verdad es que no sé qué es la verdad,
y no puede ser bueno que no sepa
algo tan importante como eso.
La verdad es que si alguien va y me dice:
“es muy sencillo, imbécil: la verdad
es esto o es lo otro o las dos cosas”,
me deja estupefacto. Y si pregunto
qué es la verdad en realidad, si esto,
si lo otro o si al tiempo las dos cosas,
mi informante contesta: “eso depende”,
y, la verdad, me quedo como estaba.

DE TANTO AMARTE Y TANTO NO QUERERTE

De tanto amarte y tanto no quererte
te has cansado de mí y de mis locuras
y le has prendido fuego a nuestra historia.
Tu ropa no perfuma ya la casa.
No queda ni una palabra de cariño
suspendida en el aire, ni una hebra
de azabache en la almohada. Sólo flores
secas entre las páginas del libro
de nuestro amor, y cálices de angustia,
y un delirio de sombras en la calle.

Todos los poemas han sido tomados de Luis Alberto de Cuenca: Poesía 1979-1996. Edición de Juan José Lanz. Ed. Cátedra, Letras hispánicas. Madrid, 2006.

4 comentarios:

  1. CONTRA LAS CANCIONES DE OPÓSITO: Ay, esos efectos secundarios del inevitable pasar del tiempo.

    LA VERDAD: Nunca es única ni absoluta, para ello es necesario reunirlas todas en una y, aún así, dependería de los ojos con que se mire...

    Gracias por compartir a Luis Alberto de Cuenca hoy, precisamente hoy. Ya ves: así sin más :-) Besos, guapa!

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  2. Gracias, Filomena. Un beso para ti también.

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  3. Se te ha olvidado poner mi poema favorito, que precisamente es de L. A. de Cuenca: El Desayuno. Pero no hay problema. Aquí vengo yo para solucionarlo:

    Me gustas cuando dices tonterías,
    cuando metes la pata, cuando mientes,
    cuando te vas de compras con tu madre
    y llego tarde al cine por tu culpa.
    Me gustas más cuando es mi cumpleaños
    y me cubres de besos y de tartas,
    o cuando eres feliz y se te nota,
    o cuando eres genial con una frase
    que lo resume todo, o cuando ríes
    (tu risa es una ducha en el infierno),
    o cuando me perdonas un olvido.
    Pero aún me gustas más, tanto que casi
    no puedo resistir lo que me gustas,
    cuando, llena de vida, te despiertas
    y lo primero que haces es decirme:
    «Tengo un hambre feroz esta mañana.
    Voy a empezar contigo el desayuno».

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  4. ¡Me ha encantado que lo añadas! Es también uno de mis poemas favoritos, pero por ser de los más conocidos había dado preferencia a otros. Yo también creo que es cierto que los demás nos gustan más aún por sus defectos que por sus virtudes, ¿no te parece? Graciñas. Un besote.

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