viernes, 26 de agosto de 2011

26.08.2011

"Basta con ser más honrado: quitarse de en medio siempre y en cualquier parte, no estorbar a los protagonistas de la propia novela, renegar de uno mismo, aunque sea por media hora."
Anton Chéjov

Quizá es pedir demasiado. Esa generosidad, por media hora. Olvidarse de uno, darle matarile al ego (que siempre resucita). No pensar, tan solo mover los dedos. Renunciar al control, cuando es posible que escribamos precisamente porque nuestras historias, las vidas de nuestros personajes son lo único que podemos controlar en esta vida. Una falsa muestra de poder en una realidad que nos desborda, que nos recuerda a cada instante qué vulnerables, qué pequeños somos. Demasiada generosidad. Renunciar al placer de escribir nuestras pequeñas venganzas si no convienen al propósito general de la novela... pero ser perspicaces como para saber incluso renunciar a la renuncia, si es que algo que nos toca bien hondo encaja a la perfección en la historia. Aunque duela. Aunque sea por media hora.

No hay comentarios:

Publicar un comentario