miércoles, 31 de agosto de 2011


He elegido escribir sobre monstruos. Sobre humanos. He elegido no inventarme nada para poder inventármelo todo. Es la única manera de no tener miedo. y aún así, llevo meses durmiendo intranquila. A veces creo que algo respira a mi espalda. Otras, que saldrá de dentro y prenderá fuego todo lo prendible. En la oscuridad de mi habitación, estas noches cubiertas de gotas de sudor, de ruidos, de nostalgia, sigo inventando. Y siento miedo. Un miedo que no se me pasará cuando abra los ojos. Por desgracia.
He elegido escribir sobre lo que más temo, desde mi infancia. Una suerte de exorcismo, quiero pensar.
De todos modos, de esta aventura nunca se sale indemne.

5 comentarios:

  1. Pues es cierto, no hay peores monstruos que los propios humanos, aunque a veces también dejamos ver el lado bueno...
    ;)

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  2. A mi me está ocurriendo algo parecido a lo que cuentas pero no por mis escritos sino por mis lecturas. Espero con gran curiosidad lo que estás escribiendo. Tengo muchas ganas de leerte-

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  3. Pulga: Bueno, yo es que creo que hasta los monstruos tienen/tenemos lado bueno, que no existe esa realidad polarizada, el maniqueísmo entre bondad y maldad en el que nos gusta creer para sentirnos seguros. Gracias por venir, Pulga. :-))

    Román: Muchas gracias por tu visita, tu curiosidad y tus ganas de leer. Y por compartirlo y expresarlo.

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  4. ays (como sueles tu decir), ese escalofrío que me recorre la espalda al pensarlo.
    Esas historias de buenos y malos tan sencillas y en las que tanto nos gusta creer. Casi nunca es así, o quizás nunca. Besos.

    Jesús.

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