sábado, 13 de agosto de 2011


Para empezar, el material es una enorme bola de lana que hay que hilar con cuidado, con finura, si quiero que el tejido no resulte burdo, no se rompa, si quiero que sea uniforme. después habrá que devanar lo devanable. Luego tejer, luego... Así es si permitimos que la diacronía ponga un orden, para entenderlo. Porque luego todo ocurre de manera sincrónica, de golpe y porrazo, vaya. Sálvese quien pueda. Todo a la vez, los hilos, las tramas, los personajes, algunos conflictos, el miedo, la ilusión, la inexperiencia y los tópicos. Siempre los tópicos.
Y encima con premisas: no caer en la autocompasión, ni en la autocomplacencia. Pero sobre todo, no tomarme muy en serio nada de nada. Y menos que nada, a mí misma.

3 comentarios:

  1. Bueno, un poco en serio a ti misma si eh? Y así poco a poco vas poniendo en su sitio, ordenando y dando forma a todos esos elementos; Y procura disfrutar con ello, y que luego podamos disfrutar del resultado los demás ;o). Besos.

    Jesús.

    ResponderEliminar
  2. Huy, es como si me lo dijeras a mí. ;)

    ResponderEliminar
  3. Jesús: Un poco sí, pero no demasiado. :-)) Graciñas. Un besote.

    Dintel: Es que el proceso es muy parecido para todos, jeje, pero ya que lo comentas... ejem, ejem. :-))

    ResponderEliminar